Exposición Proyecto Witty 2022

En esta exposición Proyecto Witty, participo con cinco collages digitales. He querido establecer un diálogo entre ellos y sus diferentes temáticas, todas relacionadas con el ser humano y su interacción con el medio, aquí representado como un sistema establecido omnipresente y que en esta presentación es simbolizado mediante la utilización de fondos y patrones, repetidos también en las figuras de los protagonistas.

En la obra central una diosa, Creadora de su universo, juega a los dados. A su alrededor cuatro collages digitales hablan del mundo terrenal con temáticas de sociedad y economía actual en la parte superior, mientras que abajo dialogan con la diosa dos arquetipos bíblicos: Adán y Eva.

Salvo la pieza central, los personajes de las demás obras se encuetran envueltos dentro de la composición del fondo. Forman parte de él sin saberlo. Se sienten diferentes y sobre todo libres, sin embargo, ¿es así?, ¿quién escapa del sistema? Esa es la reflexión general de esta presentación.

En la obra superior izquierda, una artista comparte en las redes sociales, pero el algoritmo tiene la última palabra. ¿La IA juega limpio? Los sueños de los jóvenes, emprendedores y entusiastas ¿son el nuevo negocio de las redes sociales? Ahí queda lanzada la reflexión en «Sueños sin algoritmos».


Esta obra participó en el reto #pariscollageclub, en el debía componerse un collage, analógico o digital partiendo de una fotografía de Gabriella Clare Marino.

A la derecha, un especulador, residente a golpe de tarjeta, interfiere en el precio local de la vivienda. ¿Juega limpio? Podría haberse titulado «La locura del ladrillo».

Abajo a la izquierda, Adán no señala a Dios, sino a Eva. Reconstruye su historia. Representa la energía masculina y activa, por eso está caminando mientras señala a Eva, emulando a los santos y ángeles representados en tantas obras de arte de carácter religioso, en las que señalan al cielo. Es su manera de decir al espectador que ella es también divina. Adán tiene sus costillas intactas y lleva dos manzanas, unidas como si de dos cerezas se trataran, quizás quiera decirnos que venimos de la misma semilla. Una serpiente de dos cabezas en su otra mano advierte que todo tiene su opuesto: Lo masculino y lo femenino se complementan y mi Adán no sabe quién escribiría la historia sobre el mordisco a la manzana, pero lo que sí sabe es que para él, Eva es su compañera y por supuesto está libre de pecado. Su mirada desafía a quien dañe la imagen de ella.

He necesitado 7 modelos masculinos y uno femenino (la barbilla), para componer a Adán. No estaba muy convencida con el resultado porque me parecía que me había excedido en simbolismos, sin embargo, después de tenerlo varios días en espera y terminando detalles, me he convencido de que por algún motivo lo he creado así.

El fondo es una colcha hindú del S. XVIII que modifiqué. La elegí por evocarme sus motivos el paraíso con los animales y plantas y en mi ironía hacia lo establecido. Además represento la salida del Edén con las ramas marrones, a modo del palo de bastos en la baraja.

A la derecha, Eva es quién sostiene el árbol de la vida, reivindica su papel y su puesto en el origen de la humanidad.

Sé que no es una Eva común, pero su historia siempre me ha invitado a la rebeldía y por eso esta Eva no es crédula.

Aquí ella es la Creación misma de la que nace la Vida. Al observar los dos árboles representados, símbolos de la vida y la muerte, parece que como arriba es abajo, pero solo parece, porque en la historia contada, aquí abajo nos la han torcido, nos cortaron nuestras raíces y fabricaron una mentira. La protagonista de esta obra parace saberlo y nos mira diciendo <<¿No lo sabéis?>>

En mi interior refuerzo a una Eva única, que nace por sí misma. Adán, no es una víctima que pruebe la manzana solo porque se lo dice Eva. Ellos al unirse crearán la magia en mi historia. En mi mundo.

Es como si ser emprendedor, tener curiosidad, errar y volver a comenzar, querer saber más… estuviera condenado en el personaje de Eva.

Sé que es controvertido y que el verdadero significado de estos dos personajes es simbólico y muy profundo, pero a nivel superficial nos convirtieron a las mujeres en «Evas pecadoras» y desde niña no lo he aceptado. ¿Juego limpio?

Para crear a Eva he utilizado el rostro de dos niñas y una mujer adulta. Los brazos son de mujer más mayor y las piernas de una adolescente.

Me he inspirado en las barajas de cartas: en el dos de bastos y en la sota de bastos y la figura principal del fondo parte de una de mis plantas recolectadas en las salidas a la naturaleza por la Serranía de Ronda. Los árboles y los pájaros son de una fotografía de Mathieu Bigard para participar también en el reto de #pariscollagecollective.

El fondo, el mismo que el de Adán y ya descrito. No es un patrón totalmente ordenado, es más bien un pequeño caos en el orden establecido.

La diosa, juega a los dados en el centro. No vemos la partida, pero intuimos que siempre gana.

En todos estos collages digitales utilizo recursos gratuitos de fotografías de stock libre de derechos y de dominio público de museos bibliotecas, documentos públicos, Wikipedia, etcétera, para con ellos componer un mensaje y crear mi propio lenguaje, entremezclando muchas veces fotografías mías.

Mis fondos, repetidos también en las vestimentas, incluso en el cabello de los protagonistas, son una ironía sobre el sistema que siempre nos envuelve, y planteo la imposibilidad de romper con él aunque creamos hacerlo.

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