ADÁN
40×50 cm
300 ppp
Representa la energía masculina y activa, por eso está caminando mientras señala a Eva, emulando a los santos y ángeles representados en tantas obras de arte de carácter religioso, en las que señalan al cielo. Es su manera de decir al espectador que ella es también divina. Adán tiene sus costillas intactas y lleva dos manzanas, unidas como si de dos cerezas se trataran, quizás quiera decirnos que venimos de la misma semilla. Una serpiente de dos cabezas en su otra mano advierte que todo tiene su opuesto: Lo masculino y lo femenino se complementan y mi Adán no sabe quién escribiría la historia sobre el mordisco a la manzana, pero lo que sí sabe es que para él, Eva es su compañera y por supuesto está libre de pecado. Su mirada desafía a quien dañe la imagen de ella.
He necesitado 7 modelos masculinos y uno femenino (la barbilla), para componer a Adán. No estaba muy convencida con el resultado porque me parecía que me había excedido en simbolismos, sin embargo, después de tenerlo varios días en espera y terminando detalles, me he convencido de que por algún motivo lo he creado así.
El fondo sigue siendo la colcha hindú del S. XVIII que modifiqué y que elegí por evocarme el paraíso con los animales y plantas, es mi ironía hacia lo establecido. 🐆🌿. Además represento la salida de él con las ramas marrones, a modo del palo de bastos.
No descarto que en el futuro le haga cambios, por ahora este es el Adán que mi imaginación ha creado.